Sexualidad masculina

1. Los hombres no son monógamos por naturaleza y las mujeres sí.

Siempre he pensado que esta afirmación es simplemente una mera ilusión de los científicos varones cuya cultura ha llegado obstinadamente a esta conclusión hasta que las nuevas investigaciones al respecto han demostrado que no tenía ningún sentido. Se ha demostrado, mediante pruebas de ADN, que en la mayoría de especies animales, ni los machos ni las hembras son monógamos aunque socialmente si que lo son durante una temporada. Los humanos no somos la excepción. A día de hoy, las mujeres están muy socializadas como para restringir su atracción sexual a solo un hombre a la vez. Aunque esto siempre ha estado muy mal visto, la propia biología de la mujer y su figura se han adaptado perfectamente a múltiples compañeros sexuales, mucho más que en el caso de los hombres. El sexo masculino suele tener un profundo deseo de simplicidad, y por lo general, la monogamia es mucho más simple que la no-monogamia.

Está demostrado que las mujeres tienen mejores habilidades de comunicación, y que son mejores haciendo varias cosas a la vez, dos factores importantes en este tipo de relaciones. Dado que las mujeres suelen tardar más que los hombres en excitarse sexualmente y llegar al orgasmo y, además, es bastante menos probable que «acaben» después de un orgasmo, tener más de un “compañero” las favorece biológicamente y puede tener muchas ventajas. Los factores psicológicos, sobre todo los celos y la competencia tanto para hombres como para mujeres también están relacionados, aunque es algo más complejo. Con todo ello, podemos afirmar perfectamente que las mujeres no son por naturaleza monógamas y que no tienen por qué adaptarse a ella mejor a la monogamia que los hombres.

2.   El sexo interesa más a los hombres que a las mujeres.

Afortunadamente esto es completamente mentira. La naturaleza es sabia y pretende que todos nosotros contribuyamos en la reproducción de nuestra especie. Existen algunos factores que hacen que las mujeres puedan desinteresarse por el sexo por cosas que han ido viviendo como por ejemplo violaciones, el condicionamiento social incluyendo los cambios en su cuerpo, problemas causados por relaciones sexuales sin protección, malas relaciones sexuales, etcétera. Pero todos son desviaciones de su propia naturaleza porque todo esto no debería pasar. En muchas ocasiones vemos que se utiliza a las mujeres como objeto sexual para poder satisfacer deseos sexuales, pero cuando ellas se liberan de este condicionamitneto sexual negativo, y de todos los juicios sexuales, las mujeres, al igual que los hombres sienten el deseo sexual y buscan momentos eróticos.

Cuando las mujeres comienzan a descubrir los placeres del sexo con una persona con la que se sientan a gusto y que a su vez sea recíproco, su potencial sexual se despierta y su interés por el sexo se iguala o incluso supera al de la mayoría de los hombres.

A veces puede parecer que los hombres se interesan mucho más por el sexo simplemente porque sus órganos sexuales no sean tan misteriosos como los de las mujeres o porque se les ha inculcado que tiene que ser solo para su placer y no para ambos. Es necesario que tanto hombres como mujeres empiecen a conocer más sus propios cuerpos, se liberen de los condicionamientos negativos del sexo y se interesen tanto en saber dar placer como en recibirlo. De esta manera, el sexo se convertirá en algo asombroso que beneficiará a ambos.

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